Empiezas a ver un perro, o tres, por el campo, por la calle, por zonas donde no son habituales paseos y sin nadie cerca. No dejan que te aproximes, huyen. Empiezas a poner comida, agua, y ves que vuelve, una día tras otro, no se acerca, te esquiva, le notas miedo, desconfianza. Os vais viendo todos los días, sigue sin confiar pero no se pierde la cita. Te sientas a verlo comer, él se aleja a descansar a bastantes metros de ti pero no sale corriendo. Hay avances pero muy pequeños y lentos, sobre todo cuando ves que la vida en la calle le va deteriorando, a pesar de tu comida, de tus desparasitaciones. Un día llega cojeando, seguramente le dio un coche, va a tres patas. Estás buscando ayuda, un hueco en algún sitio donde pueda estar. Sientes un vínculo fuerte con ese animal.
Esta puede ser la historia de Chupi, Chop y Chip, también de Limbo y de Mercedes. Y de muchos otros animales y personas que les cuidan desde la distancia física pero con una gran cercanía emocional, un lazo afectivo que vale los recursos y desvelos que dedican para ofrecerles un futuro.
Chop, Chupi y Limbo están ahora en FEEL y buscan familias adoptivas. Son geniales, como las personas que batallaron por sacarles del campo, de la calle, y que siguen preocupándose y velando por ellos.
PORQUE SABEMOS QUE A TÍ TAMBIÉN TE IMPORTAN